
¿Por qué los niños necesitan cirujanos de niños?
Madrid, 3 de marzo de 2025.- Los niños no son “miniadultos” ni adultos “en construcción” y a nadie se le ocurriría tratarles, exigirles o valorarles con los mismos criterios que a un adulto, porque tienen características y necesidades diferentes en la salud y también cuando ésta falla. Sus enfermedades, forma de enfermar y afrontar la enfermedad, sus respuestas y las repercusiones en ellos mismos y en su entorno, así como los tratamientos necesarios para sanar y su forma de hacerlo son muy diferentes a las de los adultos.
Son necesarios profesionales médicos específicamente formados y capaces: los pediatras en sus cuidados y enfermedades y los cirujanos pediátricos en sus cirugías, tal y como explica la Dra. Nieves Sanz Villa (Servicio de Cirugía Pediátrica HUSR), en su artículo ¿Por qué los niños necesitan cirujanos de niños?
La Cirugía Pediátrica apareció en el siglo pasado para dar respuesta a esta necesidad en el seno de la Cirugía General, creciendo y adquiriendo una entidad propia a lo largo de los años 60 hasta nacer como especialidad independiente en 1977 en España.
Según la Dra. Sanz, desde entonces y hasta la actualidad, “los cirujanos pediátricos son los únicos especialistas médicos que poseen la formación y entrenamiento específicos que les capacita para conocer, diagnosticar, tratar y curar las enfermedades quirúrgicas en recién nacidos, lactantes y niños desde la concepción hasta el final de la adolescencia”.
Además de su capacitación teórica y técnica, estos profesionales, conocedores de las especiales características de sus pacientes, “trabajan para ofrecer los mejores tratamientos con las técnicas más innovadoras y menos invasivas y en hacerlo de forma que la experiencia quirúrgica sea lo menos traumática posible para el niño y su familia”, añade la cirujana pediátrica.
Así, en nuestro hospital, el Servicio de Cirugía Pediátrica cuida al máximo la relación con sus pacientes y trabaja para conseguir tratamientos adaptados a las necesidades de cada niño y familia, ·realizando siempre que es posible los procedimientos quirúrgicos sin ingreso y poniendo en marcha un programa de acompañamiento en quirófano de los niños por sus padres, durante la inducción anestésica”.